jueves, 14 de agosto de 2014

Crónica de un viaje





El viaje, es una trasmisión de "paz" por llamarlo de algún modo,ver todo lo que hay al rededor tuyo pero a la vez ver la nada misma cuando pasas por la ruta para llegar a una ciudad próxima y cada vez te falta menos para llegar a tu destino, aunque llega un momento que cansa de ver lo mismo, pero las primera vez que lo ves, es hermoso, único, seguramente por tu mente pasa una frase como "Debo estar cono un nene que no salió nunca". Es lo más hermoso que pueda haber. Se dira que es muy exagerado, pero hay que vivirlo para saber que es cierto, pasar de un cielo nublado a un cielo despejado y luego volver a estar debajo de un cielo nublado. Saber que alguien te espera con ansias a que llegues y saber que te va a atender como si fueses una reina. Eso da paz y tranquilidad.
Saber que estas muy lejos de casa, y que no te importe, por que solo queres disfrutar, de lo que estas viviendo. Viendo a través de una ventanilla, paisajes, ciudades, conociendo un poco más, de lo que hay fuera, lejos de donde normalmente andas. Escuchando música, que te dice "Disfruta al máximo, como si fuese tu último día de vida, no lo dejes pasar" Es único. Saber que queres estar en ese preciso lugar, viendo un mundo fuera, no importa nada, solo queres disfrutar al máximo sin importar que...
Pasas muchas ciudades en el viaje y sin darte cuenta estas conociendo cada vez más, desde el momento que llegas a la primer parada, sabes que tal vez es una ciudad que no conoces, o la conoces, pero es distinto el sentimiento con que la miras.
Ser fuerte, es saber que tenes que disfrutar la vida, sin que nadie te ponga trabas en el camino, sabiendo que pase lo que pase, no te vas a arrepentir, por que lo disfrutaste.
La pasas bien, te divertis, pensas, te despejas, conoces y así pasas todos los días hasta que te toca regresas.
En el viaje de regreso, te llevas algo o buscas alguna forma de entretenerte, por que es como que ya viste todo ese camino, de ver algo y la nada misma a la vez, entonces no le prestas la misma atención, puede ser que leas, escuches música, hables con la persona que te acompañó, juegues a las cartas,etc, se te empieza a resultar cansador el viaje, peor aún si cuando miras el cielo está nublado, y notas que podes pasar algunas lluvias durante el viaje, peor más aún si desde donde saliste hace frio. Empezas a pensar en tus familiares, tus amigos, mascotas. Ahí te agarran ganas de ya estar en tu casa, contando lo que viviste, preguntando como estuvieron ellos, los empezas a extrañar, ya que durante tus vacaciones estuviste ocupada conociendo, diviertiendote, que no tuviste tiempo de extrañar. Realmente, te despejaste.
Llegas, te sentis comoda/o, durante el viaje pensaste muchos en tus seres queridos, recién ahí los empezas a extrañar ya que durante tu viaje no tuviste tiempo para pensar, o tal vez, pensaste poco, ya que te entretenes con otras cosas. Te cambias, llamas a todo el mundo para avisarle que llegaste y contarle algunas cosas de como la pasaste, sea bien, mal o mas o menos. Después solo queres acostarte, relajarte y dormir, tranquilo/a, con tus cosas, así sea solo una frazada, peluche o mascota o nada, pero es mucho más relajante, así sea que en tu casa tenes toda una familia hablando en comedor, te sentis verdaderamente de vuelta en casa, y por ese tiempito que tardas en dormirte estas contenta/o. Luego te despertas y vuelven a ser todos los días comunes. Volves a tu vida diaria.





(Crónicas de un viaje. Ludmila Vera)


No hay comentarios:

Publicar un comentario