martes, 13 de agosto de 2013

Andaba viajando por la Ruta 11 a las 2:30 de la mañana, con mi combie VW, mientras mi hija miraba por el caleidoscopio, encantada, escuchando The Beatles a todo lo que daba. Era una noche con luna llena, se veia demasiado, los grillos se escuchaban como si estuvieran  viajando arriba de mis piernas.
Ya había pasado media hora o un poco más y mi hija ya estaba dormida, yo baje el volumen para que no le moleste mucho, se durmió abrazando el caleidoscopio, comencé a sentir cada vez más fuerte a los grillos, pensé que era por haber bajado la música y empecé a escuchar como chillidos en el techo de la combie, como si un tigre lo arañara, me asusté demasiado, no por mi, si no por mi hija, lo único que esperaba era legar a una ciudad o pueblito para bajarme y verificar que había exactamente. No tuve tiempo, se me apagó la camioneta, lo raro era que yo antes había verificado todo, estaba en perfecta condiciones la combie, alrededor no había absolutamente nada, salí con la linterna y comencé a sentir por mis pies cientos de arañazos parecidos a cuchilladas, mi sangre comenzó a desparramarse por mis pies y el suelo, cada vez esas cuchilladas iban subiendo más y más a través de mi cuerpo, sentí que llegaron a mi cuello, donde me empecé a sentir asfixiada, hasta que en un momento me empecé a marear y desde allí no recordé más nada....

Lo vió todo...



Vera Ludmila(Marzo 2013)



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